Grosos. Mark Twain . El Juramento

-Bueno, hoy vamos a empezar la banda de asaltantes-dijo Tom sentado en medio de esa cueva húmeda – y la vamos a llamar la Banda de Tom Sawyer. Todos los que quieran entrar tiene que hacer un juramento y escribir su nombre con sangre.
Teníamos que jurar que íbamos a ser fieles al banda y que nunca íbamos a contar nuestros secretos, y que, si alguno hacía algo malo a uno de la banda, alguno iba a tener que matar a esa persona y a su familia, y que no tenía que comer ni dormir hasta que los hubiese matado y les hubiese clavado la cruz en el pecho. (La cruz era el distintivo de la banda). Y que nadie que no perteneciese a la banda tendría derecho a usar ese distintivo, y que si lo hacía había que demandarlo; y que si volvía hacerlo había que matarlo, directamente. Y que si alguien de la banda contaba secretos de la banda, se lo podía degollar, y luego quemar el cadáver y arrojar las cenizas al aire, y su nombre sería tachado para siempre de la lista firmada con sangre y jamás se lo volvería a nombrar, sería un nombre maldito y se lo olvidaría para siempre.
Todo el mundo consideró que era un juramento hermoso; y le preguntamos a Tom si se le había ocurrido a él solo, con su propia cabeza. Dijo que en parte sí, pero que el resto lo había sacado de libros de piratas y bandidos.

(de las Aventuras de Huckelberry Finn, trad. Graciela Montes)

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